Tras el empate 2-2 del Nottingham Forest con el Leicester, un resultado que se decidió con un gol tardío y que afectó las aspiraciones de clasificación europea del club, el propietario Evangelos Marinakis irrumpió en el campo al pitido final y pareció encarar a su entrenador, Nuno Espirito Santo.
Mientras jugadores, entrenadores y árbitros se daban la mano después del partido, Marinakis entró al césped. Aunque inicialmente pareció pasar de largo a Nuno, se dio la vuelta y habló con el técnico del Forest, gesticulando y mostrando clara frustración en lo que pareció una conversación enérgica. Nuno reaccionó con una postura algo resignada, encogiéndose de hombros y respondiendo con unas pocas palabras antes de que Marinakis, visiblemente molesto, se alejara.
El exdefensa del Manchester United y ahora comentarista, Gary Neville, se mostró indignado por la conducta y criticó duramente a Marinakis. En un tuit, calificó la actuación del propietario de “escandalosa”, sugiriendo que Nuno debería negociar su salida esa misma noche y que los aficionados, jugadores y el propio entrenador no merecían presenciar eso. Más tarde, en Sky Sports, Neville reiteró su postura, describiendo la confrontación pública en el campo como “una auténtica broma” y un “escándalo”, especialmente considerando el logro del club al clasificarse para una competición europea.
Nuno explicó posteriormente que la frustración de Marinakis se debía a la situación del delantero Taiwo Awoniyi, quien siguió jugando a pesar de estar lesionado tras chocar con el poste. Aunque le preguntaron si necesitaba ser sustituido, Awoniyi indicó que podía continuar, lo que llevó a Nuno a usar su última sustitución en otro jugador. Sin embargo, Awoniyi sí estaba lesionado y no pudo rendir eficazmente en los últimos diez minutos, lo que al parecer provocó la irritación de Marinakis.
En sus comentarios post-partido, Nuno reconoció que “el fútbol son emociones”. Señaló las altas expectativas de los más de 30.000 aficionados presentes. Confirmó que la reacción de Marinakis se debió al “malentendido, una falta de comunicación” sobre el estado de Awoniyi. Describió el momento como difícil, donde el equipo se quedó efectivamente con un jugador menos, pero restó importancia al altercado, afirmando que tales arrebatos emocionales “suceden y volverán a suceder” y son comprensibles dada la intensidad del día.
Marinakis emitió más tarde un comunicado en el que enmarcaba el incidente dentro del contexto del éxito del club. Celebró la clasificación para Europa después de 30 años como un logro histórico y una promesa cumplida a los aficionados, expresando orgullo por Nuno y el equipo. Respecto al incidente en el campo, afirmó que la frustración de todo el mundo (cuerpo técnico, jugadores, aficionados y él mismo) era “natural” y una “demostración de la pasión” sentida, provocada por el “error de juicio” del personal médico sobre la capacidad de Awoniyi para continuar. Instó a todos a estar agradecidos, mantener la pasión y seguir soñando.
Esta no es la primera vez que Marinakis interviene en el campo después de un partido. El pasado mes de marzo, ya se enfrentó a los árbitros después de que el Liverpool marcara un gol ganador en el último minuto contra el Forest, llegando supuestamente a perseguir al árbitro Paul Tierney por el túnel antes de ser retirado por seguridad.
Adrián Montoro