Los aficionados se sorprendieron cuando el portero del Ipswich, Alex Palmer, usó sus manos para despejar un pase de su propio defensa que iba hacia la línea de gol contra el Wolves.
Muchos pidieron su expulsión inmediata, pero una regla poco conocida del fútbol impidió que Palmer fuera siquiera amonestado por esta acción que parecía un grave error. En ese momento, el Ipswich ganaba 1-0 al equipo de Vitor Pereira.
El Ipswich, que luego perdió 2-1 en su lucha por evitar el descenso, pasó el balón hacia atrás a Palmer, pero el balón se le escapó entre las piernas.
Cuando estaba a punto de cruzar la línea de gol, el portero corrió hacia atrás y lo recogió con las manos, todo esto en el minuto 34 del partido.
El árbitro Peter Bankes señaló inmediatamente un tiro libre indirecto para el Wolves dentro del área de seis metros.
Los 11 jugadores del Ipswich se colocaron en la línea de gol, mientras que siete jugadores del Wolves esperaban dentro del área para ejecutar el tiro libre.
Sin embargo, según las reglas, el Wolves tenía que pasar el balón antes de poder disparar a puerta, lo que dio tiempo a los “Tractor Boys”, amenazados por el descenso, a despejar el peligro.
El Wolves tocó el balón para Emmanuel Agbadou, quien disparó con fuerza desde dentro del área, pero Sam Morsy salió rápidamente para bloquear el tiro.
A pesar de esto, los aficionados no entendían por qué Palmer no había sido expulsado por evitar una clara oportunidad de gol.
Un aficionado escribió: “¿Cómo no lo han expulsado en esa jugada?”.
Pero las reglas son claras y demuestran que no es una acción que merezca tarjeta.
La International Football Association Board (IFAB), organismo que establece las reglas del juego, indica que si un portero toca con las manos un pase atrás, “se concede un tiro libre indirecto y no se muestra tarjeta”.
Las directrices de la FA también son claras: “Si el portero toca el balón con las manos dentro de su área penal cuando no está permitido, se concede un tiro libre indirecto, pero no hay sanción disciplinaria”.
Palmer no fue amonestado por tocar el balón con las manos, pero sí fue advertido por invadir el área antes de que se lanzara el tiro libre.
Así que los aficionados se sintieron perjudicados de que el portero no recibiera dos tarjetas amarillas y fuera expulsado.
Liam Delap abrió el marcador con un gran cabezazo a los 16 minutos tras una larga revisión del VAR para comprobar un posible fuera de juego.
Pero las cosas cambiaron para el Ipswich cuando Pablo Sarabia, que salió desde el banquillo, empató para el Wolves en el minuto 72.
Finalmente, un remate de Jorgen Strand Larsen desde cerca dio la victoria por 2-1 a los visitantes.
Adrián Montoro