Paseaban por las calles de Milán, charlando y sonriendo, jugando con sus hijos y entrando y saliendo de tiendas.
Kyle Walker y Annie Kilner parecían una pareja que había superado los problemas de su matrimonio.
Por eso parece tan cruel que volviera a las andadas solo unas horas después.
Cuando se juntó con dos modelos, pareció hacer lo que mejor sabe: patear en los dientes a su leal esposa, su novia de la infancia.
Puede que una de esas mujeres se pareciera mucho a su atractiva esposa, pero Kyle Walker sabía perfectamente dónde estaba Annie cuando salió de fiesta con ellas hasta el amanecer.
Qué manera tan vil de tratar a la mujer que siempre le ha apoyado.
La cantidad de tortura que Kyle ya le ha hecho pasar a Annie con su comportamiento estúpido, egoísta y cruel es repugnante.
A lo largo de los años, una estrella de reality shows dijo que tuvo un encuentro íntimo con él en su Bentley, engañó a Annie con Lauryn Goodman y no le contó que ella había tenido a su hija.
Organizó una fiesta sexual durante el Covid con dos prostitutas mientras la pareja se había dado un tiempo y supuestamente se exhibió y besó a otra mujer borracho en un bar de Cheshire.
Recientemente elogié a Annie por consultar con abogados de divorcio.
Ahora espero que dé el paso y le golpee donde más le duele: en su cartera.
Annie no es la primera Wag —y no será la última— en soportar las impactantes, degradantes y humillantes payasadas del futbolista al que ama.
Me repugna y me entristece que lo consideren aceptable.
A lo largo de los años, he entrevistado a demasiadas mujeres que han tenido, llamémoslas “aventuras”, con algunos de los nombres más importantes del fútbol.
He presenciado cómo un jugador tenía sexo con una stripper justo delante de mí, lo que me revolvió el estómago.
Entrevisté a una prostituta que contó cómo se había acostado con un futbolista millonario en una habitación de hotel sórdida mientras él estaba de despedida de soltero.
Y luego estaba la esteticista de piernas largas que me contó cómo tenía sexo con el jugador en la casa familiar cuando su esposa estaba fuera.
Entonces, ¿por qué engañan estos jugadores que tienen esposas y novias leales, devotas y hermosas?
Y, lo que es más interesante, ¿por qué sus Wags se quedan con ellos?
Tal vez para los jugadores sea porque se aburren.
No pueden emborracharse ni practicar deportes que puedan provocar lesiones fuera del campo, y siempre anhelan el subidón y la adulación a los que se han acostumbrado en el campo.
Falsas promesas
Creo que la trágica realidad es que lo hacen porque saben que sus parejas lo aguantarán.
La propia Annie admitió una vez que la infidelidad de Kyle se volvió “aceptable” durante su relación.
La infidelidad nunca debería ser aceptable en un matrimonio.
Si tuvieras un corazón duro, podrías decir que Annie permitió este comportamiento debido a esa aceptación.
Lamentablemente, no es la única. Después de todas esas “aventuras” anteriores, sus esposas o novias se quedaron con ellos, y algunos de los hombres repitieron sus acciones de engaño.
¿Se quedaron las mujeres por amor, por el dinero, por el estilo de vida, por el glamour?
¿O se creyeron las falsas promesas de futuro?
Fuera lo que fuese, todas enviaron el claro mensaje de que la infidelidad no es el factor decisivo que debería ser en una relación.
El año pasado, Kyle admitió que había tomado “decisiones idiotas” y que lamentaba haber traicionado a su “alma gemela” y “mejor amiga” Annie.
Incluso afirmó que quería cambiar su comportamiento en el futuro.
Pareció olvidar muchos de sus votos el martes.
Kyle Walker ha estado dando un ejemplo terrible durante años.
Pero Annie podría convertirse en la heroína de este sombrío relato si le dice “arrivederci” a este matrimonio disfuncional.
Si lo hiciera, podría hacer que otros futbolistas se dieran cuenta de que no todas las mujeres están dispuestas a aguantar sus payasadas baratas.
Y podría convertirse en un modelo a seguir para todas las futuras esposas y novias que algún día seguirán los mismos agonizantes pasos que ella ha dado.
Adrián Montoro